silencio

de un blog llamado silencio

Llegados a este punto me pregunto por qué sigo escribiendo aquí. Así, en principio, lo único que se me ocurre es que por cumplir el año aquí, porque ya falta poquito...

Y aparte de eso... ni idea... A lo mejor para tener constancia de lo poco que he prosperado. Este blog ha tenido muchos usos... Me he desahogado con él, he reflejado quien me gustaría ser, he volcado en él mis deseos y fustraciones. En él mejor de los casos me ha permitido conocer a gente interesante, incluso alguna vez ha hecho las funciones de carta y me ha permitido comunicarme... Y ahora, antes de llegar a su año veo que se cierra la etapa blog... Y hay muchas cosas que surgieron alrededor de él que ya han muerto, incluso mi propia sinceridad se va muriendo letra a letra. Creo que sólo podría recuperarlo si volviera a entender el motivo que me hizo ponerlo en marcha....

No sé hasta que punto he sido yo... sincera siempre; siempre que callar no se considere mentir ( yo no creo que lo sea); pero estoy cansada de tanto silencio... Sí, odio el silencio, este silencio que le dio vida y que se parece más a la soledad y al miedo que a ninguna otra cosa. Odio que las palabras estén vacias. Odio no poder decir lo que siento como lo siento. Odio todo lo que hay en mi que fundamenta esto.

Y al mismo tiempo, me siento agarrada a esto con cierto celo como un niño al globo que mamá acaba de comparle; y es tan bonito... Si lo suelto se que ya no podré recuperarlo.