El sabado por la noche me sorprendí confesando algo que ni yo misma quería confesarme: que para mi ËL siempre iba a ser epecial, siempre iba a ser único. Siempre... aunque pueda sonar demasiado largo.
Y mi segunda confesión fueron las causas de que ÉL se haya convertido en único. Simplemente es tan especial porque nunca me dejo tenerlo. Sólo me dio lo que Él quiso que siempre fue menos de lo que yo pedí.
Me quiso menos de lo que yo a ÉL, me comprendió menos, me toleró menos cosas y se negó a follarme. No me iba a dar el gusto el xiquito...