silencio

idas... vueltas

Adios Valencia. Dejo esta ciudad que me ha dado tanto en tan poco tiempo. Vuelvo a casa y a todas las cosas conocidas. A la gente que quiere escucharme y a la que no se si quiero hablar. Me gustaría estar eternamente perdida... y paradojicamente lo estoy, sí, pero no me refiero a eso...

Hoy hace sol, parece que la ciudad sabe que no podría avandonarla un día nublado, que bastante nublado está ya mi corazón, que se humedece rápido, que se extremece y que es débil. Que renuncia si admitirlo para no tener que batallar.

Vuelvo a mi ciudad siendo otra y no creo que pueda acogerme ya. Ahora hecho de menos su tranquilidad, ¿o su astio? Espero volver a avandonarla siendo un poco más fuerte.

Pienso en los meses más felices de mi vida. Dos momentos. Dos meses escasos cada uno. Dos personas opuestas. Yo he cambiado. A una no supe renunciar a tiempo. A la otra renuncie demasiado rápido. Me voy y pienso en ella. Ella no es la persona a la que he dedicado más palabras. No es la persona por la que más he luchado. NI siquiera a la que más he querido. Ella es la persona que mejor me ha hecho sentir, eso es todo. Y ahora soy Bea de nuevo volviendo a Madrid. hoy, "no soy digna de que entres en mi casa pero una palabra tuya bastará para sanarme". Pero yo no cogeré el telefono, no llamaré. ni siquiera pensaré en hacerlo.

Hoy me voy de esta ciudad y me despido aquí. Cuando vuelva a casa no quiero nostalgías. Vuelvo a mis palmeras y a mi sol, a mi soledad segura y llena de ruido. Sólo espero que la sal del mar acabe de curar mi corazón, mi cabeza o mi alma...

Meto mi corazón cansando en la maleta.
Meto mis canciones, mis poemas.
Algunos recuerdos como nubes.
Silencios y palabras.
Sombras difusa.
Muchos kilos de vida.
Y días de mí.